El Salto de Roldán hace de pórtico monumental al Río Flumen antes de entrar en el llano. Ningún curso de agua en la Sierra de Guara sale de su interior bajo una escolta semejante. Visibles desde muy lejos, las moles de piedra de las peñas Amán (1.124m.) y San Miguel (1.123m.) son la fortaleza occidental del Parque, sus torres de vigía. Aunque por tradición popular fueron llamadas de Sen y Men.
Este impresionante rincón oscense constituye un emblema para Huesca y la comarca, tanto, que su imagen figura esquematizada en sus escudos. Debe su nombre a una mítica leyenda que narra como un noble caballero llamado Roldán, huyendo a su Francia natal tras el fracasado intento de conquistar Zaragoza, trepo con su caballo a lo alto de la Peña Amán, donde las tropas musulmanas lo rodearon. Desesperado por escapar, Roldán picó espuelas a su montura, haciendo que el animal diera tal salto sobre el Río Flumen que logró alcanzar la Peña San Miguel.
El itinerario discurre por la senda que recorre el GR1.1 ascendiendo poco a poco hasta el Collado Frontón de Buesa, a partir de este punto, el camino asciende ganando desnivel a cada paso. La parte final, espectacular y aérea, está equipada con unas clavijas metálicas, un poco alejadas, que nos facilitaran una trepada de 4 metros para alcanzar la estrecha y alargada cima.
La cumbre de la Peña Amán constituye otro prodigioso mirador sobre el llano de Huesca, la Peña San Miguel, el Fraile, el Pico del Águila y el Río Flumen.
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