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Parque natural de la Serranía de Cuenca

Parque natural de la Serranía de Cuenca

Es una amplia extensión montañosa de 89.200 hectáreas que se sitúa al este de la provincia que le da nombre, formando parte de la Cordillera Ibérica.

La serrana belleza del entorno, configurada en un mundo de imaginarias formas sobre la roca caliza, constituye el marco incomparable donde nacen multitud arroyos y ríos que cooperarán en el modelado del paisaje. Júcar, Cabriel, Escabas, Cuervo, Ciudad Encantada, nombres propios de una Serrania rica y variada, exuberante de vegetación y fauna; maravillosa naturaleza que logra atraer gran número de visitantes en busca de paseos y actividades en la naturaleza. Entre ellas destacan el senderismo, la escalada y el descenso de barrancos, pero también hay que nombrar los recorridos en Quads y BTT, las rutas paisajisticas de piragüismo, los descensos de aguas brabas y la espeleología, entre otras.

La Serranía de Cuenca es un enclave para ser recorrido a pie, siguiendo las numerosas rutas abiertas para penetrar en los abundantes tesoros naturales que alberga, y que por su alto valor están protegidos bajo las figuras de Sitio Natural de Interés Nacional, Monumento Natural y Parque Natural.

El enclave más conocido de la Serranía de Cuenca es la Ciudad Encantada declarado Sitio Natural de Interés Nacional en 1929. Situada en la zona sur de la comarca, recoge un impresionante paisaje calcáreo, único en el mundo, esculpido por la acción erosiva del agua y el viento. La imaginería popular también ha querido dejar su huella bautizando las fantásticas formas de las rocas con nombres evocativos a su aspecto: el Perro, la Ballena, el Puente, etc. La fauna de esta zona es, asimismo, muy destacable, encontrando buitres, águilas reales y perdiceras, zorros, jabalíes, ardillas, etc.

Cerca de la Ciudad Encantada se hallan los Callejones de las Majadas, donde la acción erosiva del agua, el hielo y el viento también han dejado su huella en las rocas, dando lugar a una especie de callejones de piedras con formas singulares. Y al igual que en el paraje vecino, una ruta de unas dos horas y media permite conocer el lugar.

A diez kilómetros de las Majadas se extiende el Parque Cinegético del Hosquillo, una reserva natural establecida en 1964 en un valle en el que conviven en régimen de semi-libertad cabras montesas, ciervos, lobos y osos, entre otras especies.

Otro de los focos de mayor atracción turística es el nacimiento del río Cuervo, declarado monumento natural en 1999 por constituir una de las mejores formaciones de manantial travertínico de Castilla-La Mancha. Se encuentra en las inmediaciones de Vega del Codorno, en la falda occidental de la Muela de San Felipe y a una altitud de 1.500 metros, de donde surge el agua en forma de cascada fina.

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Cuenca

Situación

La Provincia de Cuenca es una de las regiones españolas más extensas, sus 17.061 Km2 están distribuidos entre las comarcas de la Serranía (Noroeste), la Alcarria (Noroeste), la Manchuela (Sureste) y la Mancha (Sur-Suroeste). Administrativamente está incluida en la comunidad de Castilla-La Mancha. Limita con Guadalajara por el Norte; con Teruel por el Noreste y el Este, también limita con Valencia por el Este; por el Oeste serán Toledo y Madrid sus provincias limítrofes; y por el Sur, Ciudad Real y Albacete. Todas estas comarcas de la provincia de Cuenca nos muestran una geografía muy diversa, que afecta a la orografía, el clima, a la vegetación, al paisaje, a la historia, al arte, la economía, la población, a las fiestas, al folclore, a la gastronomía, a la artesanía, etc.

Historia

La conquista de Cuenca por el rey Castellano Alfonso VIII, en el año 1.177, Convierte a la ciudad de Cuenca (palabra derivada del árabe Kunka) en el núcleo urbano más importante de la geografía conquense.

El legado de la industria y el comercio árabe, marfiles, herreros, tejedores, plateros, tintoreros, etc., abonaron el terreno para convertir a la ciudad de Cuenca en una de las más prósperas de Castilla, proceso que culminó en el siglo XVI, participando la ciudad y la provincia de Cuenca en el desarrollo económico de la industria textil propiciado por los privilegios de la Mesta y el auge de la ganadería ovina.

También la población de la provincia en esta época alcanzo cifras todavía no superadas por los censos actuales, algunos historiadores citan que la población que se movía entre la ciudad y los alrededores de Cuenca, Huete, Alcorcón, Cañete, Belmonte, etc., estaría próxima a los 250.000 habitantes.

En el siglo XVII, paralelo al hundimiento del comercio de las lanas se inició un declive en la ciudad y en la provincia que llevaron a la ruina a la mayor parte de las actividades industriales y artísticas.

En el siglo XVII, salpicada por la lustración, la ciudad intentó, sobre todo, a través de la industria textil detener el proceso de hundimiento económico, demográfico y artístico iniciado en el siglo XVII. Este declive se vio reforzado por las continuas guerras que salpicaron la geografía española y que también incidieron en Cuenca. La Guerra de Sucesión, la Guerra Napoleónica y las Guerras Carlistas remataron el hundimiento general que se había iniciado en la ciudad en el siglo XVII. A pesar de ello, el siglo XVIII dejó en la ciudad de Cuenca numerosas muestras de arquitectura Neoclásica. Con lo que podemos afirmar que remate neoclásico, sobre aire italiano y estructura medieval son las características que definen a esta ciudad asomada al paisaje.

Cuenca: Ciudad

El Casco Histórico de la ciudad de cuenca se encuentra situado sobre una escarpada mole rocosa, cuyos bordes han sido erosionadas por los ríos Jucar y Húecar. La espectacularidad y belleza del entorno y la singularidad de sus edificios, casas y calles hacen de este núcleo urbano uno de los más sorprendentes de la península. Tal vez, el equilibrio entre urbanismo y paisaje, la unidad entre roca y aire, vivienda y calle le confieran este carácter tan especial. No en vano. La UNESCO declaró a la Ciudad Fortificada de Cuenca Patrimonio de la Humanidad en el año 1.996.

La ciudad está formada por dos núcleos urbanos, el antiguo, cuyo centro neurálgico es la Plaza Mayor, situada a 1.000 metros sobre el nivel del mar; y el nuevo, cuyo centro urbano lo constituye la conocida calle de Carretería, por haber sido paso de carruajes y que constituye la arteria económica de la ciudad y fiel reflejo de la actividad económica que le caracterizó a lo largo de la segunda mitad del siglo XX. En este espacio urbano, sólo la Diputación Provincial destacaría como edificio singular con su estética neoclásica.

Antes de adentrarnos a la ciudad vieja, donde se localizan monumentos, Catedral, museos, iglesias, calles y rondas, balcones y miradores, casas, casonas o palacios, conduce a observar la ciudad antigua desde el mirador de San Pablo, actual Parador Nacional, desde los miradores del barrio del Castillo, Cabeza de Cuenca u hocino de Federico Muelas y desde la ermita de San Isidro. Incluso podemos alzarnos más y ascender para disfrutar de las perspectivas que la ciudad antigua ofrece cuando se la contempla desde el Cerro del Socorro, el Cerro de San Cristóbal o desde la senda que nos conduce a la ermita de San Julián el Tranquilo, patrón de Cuenca.

Cualquiera de estas perspectivas nos mostrará un urbanismo desafiante, una lección de verticalidad y equilibrio. Unas veces serán los edificios asomados a la Hoz del Húecar los que nos asombrarán por su afición al vértigo: Carmelitas, Colegio de San Jose, Catedral o las Casas Colgadas, Torre de Mangana, el Seminario de San Julián, el Convento de la Merced, la Iglesia de San Pedro, San Nicolás, San Miguel y San Pablo; otras serán los chopos, los álamos, las huertas, la vegetación, los ríos o los acantilados calizos los que nos roben y arrebaten la mirada.

La Catedral

Catedral de Nuestra Señora de Gracia

La Catedral de Nuestra Señora de Gracia, situada en la ciudad de Cuenca, se comenzó a construir a finales del siglo XII y es de estilo gótico con claras influencias francesas, siendo considerada como la joya del gótico de nuestra Región, influyendo incluso en la construcción de la Catedral de Toledo.

La Catedral de Cuenca comenzó a edificarse en 1182, gracias al celo del obispo San Julián y a la protección recibida por el rey Alfonso VIII, y fue consagrada en 1208 por el arzobispo Ximénez de Rada cuando sólo se habían terminado la capilla mayor y parte del crucero, siendo finalizada en 1271, bajo el reinado de Alfonso X.

Tiene planta de cruz latina con tres naves y una sola en el crucero, y un ábside poligonal de siete lados.

Su construcción habría de pasar por tres etapas distintas. La primera, es la parte más antigua, de estilo gótico-normando, aún con reminiscencias románicas como el empleo del cimborio cuadrado y de triforio abierto (especie de estrechas galerías sobre las arcadas de las naves laterales), único en España, cuya decoración sirve para contrarrestar el empuje de las bóvedas. En una segunda etapa se hizo el cuerpo de la iglesia a partir del crucero, dándose por terminadas las obras en 1271, para hacer la reforma de la cabecera, destruyéndose la original y siendo reemplazada por una amplia girola que no es sino una imitación tardía de la genial solución ideada por Petrus Petri para la Catedral de Toledo.

La serie de capillas que cubren las naves laterales fueron edificadas en los siglos XVI y XVII, destacando la de los Apóstoles, la de los Albornoz (con rejería de Lemosín), la del Espíritu Santo (construida en el siglo XVI por Andrea Rodi como panteón de los Marqueses de Cañete) y la de los Caballeros; además de las salas nobles, como la Sacristía y la Sala Capitular, cuyas puertas son obra de Berruguete y además posee unas magníficas rejas del siglo XV.

Debe destacarse también el Transparente, obra barroca de Ventura Rodríguez, que contiene el Altar Mayor y el sepulcro de San Julián. Es un altar revestido de mármoles y jaspes, con ornamentación de bronce dorado, compuestos, altar y laterales, por altorrelieves con escenas de la vida de San Julián. En la portada surgen los típicos arcos truncados del barroco, coronados por imágenes de la Esperanza y la Caridad, obra también de este autor.

Al claustro se accede, desde el interior, por el singular Arco de Jamete, la obra más famosa del escultor Esteban Jamete; y directamente desde la calle, por uno de sus laterales. De fábrica de sillería de piedra pizarrosa, tiene planta cuadrada y dos alturas separadas por un entablamento clásico con triglifos y metopas. El primer piso tiene arcos de medio punto sobre pilastras, que fueron cerrados en el siglo XVIII por José Martín de Aldehuela con una composición neoclásica de exquisita traza; y el segundo, de orden apilastrado, también dórico, resaltado con chambranas decoradas con ovas y huecos recercados. La obra, comenzada por Andrea Rodi sobre las trazas de Vandelvira, fueron continuadas por Pedro de Aguirre y Pedro de Abril.

No queda ninguna de las cuatro torres del templo, salvo el arranque de la del Ángel, obra de la primera fase constructiva. Asimismo, el hundimiento, en 1902, de la Torre del Giraldillo afectó a la fachada del templo, reconstruyéndose la actual neogótica con tres puertas de acceso.

La última transformación realizada ha sido la colocación de vidrieras de artistas contemporáneos: G. Torner, A. Bonifacio, H. Dechanet y G. Rueda.

Historia

La Catedral de Cuenca, símbolo del poder eclesiástico, fue el primer edificio que se comenzó a construir, tras la conquista de la ciudad, en el lugar donde se emplazaba la antigua alcazaba musulmana. Según Lampérez, restaurador de la fachada, es el más claro ejemplo de protogótico conquense, y considerada como más temprano ejemplo de Gótico en España.

Puede sorprendernos en un primer momento la magnitud de sus dimensiones, excesivamente grandes para la escasez de la población y la modesta economía de la ciudad en aquella época, aunque, por estar envuelta y enmascarada por construcciones posteriores, no lo parezca a primera vista.

Sea como fuere, es una obra magnífica y la que más habría de influir en el desarrollo del gótico en Castilla-La Mancha, prevaleciendo su influjo sobre la Catedral de Toledo, cuyo esfuerzo constructivo apenas quedó sin repercusiones, exceptuando dos aspectos: la colocación del coro en el centro de la nave mayor, y no en el presbiterio, como era habitual en las catedrales francesas, y la audaz solución de la girola.

Es un edificio complejo con restos de transición del Románico al Gótico de finales del siglo XII, otros del siglo XIII y otros del siglo XV, un edificio más que discutido en cuanto a influencias. Para unos, sus bóvedas sexpartitas manifiestan un influjo cisterciense borgoñón; para otros, el empleo de doble crucero, decoración de dientes de sierra y la torre linterna cuadrada, manifiesta un influjo inglés.

Los Museos

Uno de los aspectos que más impresiona a los visitantes de Cuenca, es el número de museos existentes en un espacio relativamente pequeño, como el que constituye los alrededores de la Plaza Mayor. Concretamente en la calle Obispo Valero, donde se ubica el Museo Diocesano , el Museo de Cuenca. A escasos metros el Museo de Arte Abstracto. No muy lejos, en la Plaza de la Merced se encuentra el Museo de las Ciencias de Castilla-La Mancha A esta oferta museística hay que añadir el Museo de la Semana Santa ubicado en la calle Andres de Cabrera.

El Museo Diocesano

En los bajos del Palacio Episcopal se encuentra instalado este museo que se inauguró en el año 1.983. El edificio cuenta con alguna inscripción árabe que lo remonta al siglo XII, aunque sufrió una gran remodelación en el siglo XVI. Cuenta en pintura, entre otras cosas, dos obras del Greco, unas tablas atribuidas a Juan de Borgoña, un calvario flamenco del círculo de Gerard David, otras tablas de la escuela conquense de pintura, de las que destacan las del pintor Martín Gómez el Viejo. De las obras escultóricas el Calvario de Alfonso VIII constituye un excepcional trabajo de finales del siglo XII.

El Museo de Cuenca

Edificio de grandes volúmenes, llamado popularmente la casa Curato. El Museo de Cuenca abrio sus puertas en el 1974. Se encuentra situado en la parte antigua de esta ciudad, integrado en la ruta de visita de los principales museos. El edificio que ocupa todavía conserva algunos restos del siglo XIV. Este museo cuenta con tres secciones: Arqueología, Bellas Artes y Etnología, aunque en estos momentos sólo puede visitarse la sección de arqueología. El espacio exposotivo esta dividido en tres plantas: planta baja Prehistória, planta primera Arqueología Clásica y planta segunda Arqueología de los siglos III al XVIII d. C.

En la planta baja encontraremos la Sala de Prehistoria donde destacaremos el Abrigo de Verdelpino, Valdecabras, que es un yacimiento muy significativo del Neolítico Peninsular. En esta sala también podemos ver materiales correspondientes a la Edad de Bronce y del Hierro en donde se realiza un paseo por la forma de vida y muerte. Del primer período destacaremos el Ídolo de Chillarón, la cerámica tipo Dornajos o la espada de Carboneras. De la Edad del Hierro podemos fijarnos en un modelo de poblado en el Yacimiento de Fuente de la Mota, Barchín del Hoyo, o en la necrópolis del Cerro de la Virgen, Alconchel de la Estrella, entre otros yacimientos arqueologicos. En este espacio también se encuentra una pequeña sala de exposiciones temporales.

En las salas del primer piso, dedicadas al mundo romano, hay que detenerse especialmente en los restos materiales de tres importantes ciudades romanas de esta provincia: Segóbriga, Valeria y Ercávica. A lo largo de ellos el visitante puede apreciar como nace una ciudad romana, como son sus espacios públicos y privados y las diversas actividades que en ellas se desarrollaron.

En las salas del segundo piso observamos a través de las piezas expuestas cómo la brillantez del mundo urbano deja paso al mundo rural, a partir del siglo III d. C.. A continuación la época medieval con restos visigodos, mozárabes e hispanomusulmanes. Y por último contemplamos diferentes vitrinas con materiales de época moderna.

El Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca

Las populares Casas Colgadas de Cuenca, símbolo por excelencia de la ciudad, acogen la que posiblemente sea la aportación plástica española más interesante de la posguerra. Obras de Chillida, Canogar, Tápies, Zóbel, Millares, Saura, Torner, Palazuelo, Guerrero, Feito, Viola, Lucio Muñoz, Sempere, Rivera, Mompó, Cuixart, Chirino y muchos otros. Cualquier referencia al arte español del siglo XX pasa, necesariamente, por esta ciudad y este museo.

Este edificio medieval, propiedad del Ayuntamiento, fue habitado a mediados del siglo XV por Gonzalo González de Cañamares. A partir del siglo XVIII el edificio entra en un período de abandono; en 1927 se restaura intentando conservar el aspecto original de esas casas características del entramado urbano medieval conquense y se construyen los balcones voladizos que dan a la hoz del Huécar. El estado actual del edificio data de la reconstrucción de 1950 y de la ampliación de 1978, en la que se incorpora una portada renacentista procedente del antiguo palacio de Villarejo de la Peñuela a la fachada de sillería que da a la plaza.

La Fundación Juan March realiza en 1985, 1994 y 2001 nuevas remodelaciones y una serie de mejoras museísticas.

En julio de 1966 se abría al público el Museo de Arte Abstracto Español, en el que se exhibían pinturas y esculturas, reunidas por el pintor y mecenas Fernando Zóbel, de autores españoles de la llamada generación abstracta de los años 50 y 60, a las que posteriormente se fueron incorporando otras obras de creadores más jóvenes.

Junto a Zóbel, planeó y diseñó el espacio museístico el pintor Gustavo Torner, con ayuda de Gerardo Rueda y otros artistas, respetando el valor histórico y artístico del edificio.

En 1980, Fernando Zóbel donó a la Fundación Juan March las obras del museo, que vinieron a incrementar la colección de arte español contemporáneo de la Fundación, entidad responsable desde entonces del Museo de Arte Abstracto Español.

Desde 1994 el museo cuenta con una sala para exposiciones temporales. Una selección de libros, catálogos, obra gráfica original de artistas españoles, reproducciones de las obras expuestas, tarjetas postales y objetos de diseño pueden adquirirse en la tienda del museo.

En 1980 el museo recibió la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes; en 1981 el Premio del Consejo de Europa al Museo Europeo del año; en 1991 la Medalla de Oro de Castilla-La Mancha y en 1997 el Premio Turismo de esta Comunidad Autónoma.

El Museo de las Ciencias de Castilla-La Mancha

El edificio donde actualmente se ubica el museo tiene como referencia histórica las antiguas construcciones de la juderia de Cuenca, a los que habría que añadir edificios posteriores del siglo XVII y siglo XVIII, dependientes del convento de la Merced. Una vez desaparecidos los frailes e independizándose esta parte del edificio del cuerpo principal se destinaria a Asilo de Desamparados.

El acceso al Museo nos proporciona las primeras sorpresas con arquitecturas arqueológicas musealizadas, que nos hablan de la historia del lugar. Aquí podemos obtener información de los contenidos, recursos y actividades que en cada momento hay a disposición de los visitantes.

Preside el espacio de nueva arquitectura la Máquina del Tiempo, símbolo distintivo del Museo de las Ciencias e imagen de identidad consolidada desde su inauguración. Toda la fuerza de este elemento está concentrada en desvalar los contenidos de los railes-vitrinas que, de una manera simbólica, nos van a mostrar el hilo conductor y el discurso científico que se pretende en el Museo: el tiempo es el eje sobre el que pivotan los contenidos y distribucíon de las visitas.

A partir de aquí, se propone un gran viaje en Cronolanzadera. El itinerario conduce hacia el Big-bang en un recorrido lleno de emociones a través del espacio, conseguido por medio de imágenes en 3D y soportes móviles que oroducen grandes sensaciones.

Geología. Estratigrafía y Paleontología, Los Tesoros de la Tierra, son los espacios que nos sitúan en nuestro medio y nos muestran su pre-prehistoria. Hay que dedicar una especial atención a la colección paleontológica de Las Hoyas, de la que se expone una seleccionada muestra de piezas verdaderamente impresionantes.

Historia del Futuro, ofrece a los visitantes una escenografía diferente. Nos cuenta el Museo los avances científicos y tecnológicos que necesita el hombre en su conquista del espacio, como solución a su deseo de proyección hacia nuevos horizontes. La historia de la Astronáutica y la Geología Planetaria han requerido unos grandes esfuerzos presupuestarios, compensados con los retornos tecnológicos que se han puesto al servicio de la sociedad, para su bienestar, su seguridad…

Como propuesta final, un recorrido por El Motor de la Vida, en la planta superior, muestra un panorama general de tres áreas de gran interés social: Biodiversidad, Cambio Climático y Energía. Tres grandes cuestiones, interdependientes entre sí, que van a condicionar de forma global la vida sobre la Tierra.

Singulariza a este Museo el gran equilibrio que existe entre los diferentes sistemas de comunicación de ciencia utilizados, siendo muy importante su carácter interactivo y atractivo para presentar el mensaje científico a los visitantes.

El Museo dispone de una sala Planetario, la cual requiere haber realizado reserva previa.

El Museo de la Semana Santa

Situado en la que fue Casa de los Girones. En sus salas el visitante podrá experimentar las sensaciones y emociones que se viven en esta ciudad durante la Semana de Pasión; a través de un espectacular montaje multimedia en el que se han utilizado las últimas tecnologías aplicadas a la museografía. Los objetos parecen fundirse con las pinturas formando un magnífico mural, en el que Miguel Zapata ha plasmado sus propias vivencias nazareñas

La Gastronomía

Una región tan extensa hace posible una gastronomía amplia y variada, capaz de satisfacer los paladares más exquisitos. Si en su origen estos platos propios de un clima frío y riguroso se podrían clasificar de contundentes, tanto por su sabor como por el contenido calórico, en la actualidad se han suavizado de tal manera que han logrado cierto prestijio entre los aficionados a la gastronomía. La caza y la pesca, los animales de crianza y pastoreo, las legumbres, el champiñón y las setas, el pan, los ajos, el tomate, el pimiento, etc., son la base de esta gastronomía. A los cuáles hay que añadir las matizaciones que ofrece la Mancha conquense, en donde se incluyen los excelentes quesos y los buenos caldos, blancos, rosados y tintos.

Los platos por excelencia de la cocina conquense son el morteruelo, ajoarriego, gazpacho pastor. El cordero preparado de diversas maneras también constituye un plato típico; como sucede con el cerdo, cuya matanza, tenía un protagonismo especial en la región, chorizos, morcillas, lomo, costillas, etc., ya que constituía la despensa familiar para el invierno, de ahí la costumbre de freír chorizos, lomo y costillas y cubrirlos con aceite dejándolos en una orza de barro para ir consumiéndolos a lo largo del frío invierno.

Las legumbres, preferentemente las judías pintas con oreja o blancas con perdiz. Las migas ruleras o serranas, las gachas, el moje, el tiznao, la trucha, los cangrejos autóctonos, los hongos, los espárragos trigueros, etc. Y no podemos olvidarnos de los zarajos, tripas de cordero limpias y adobadas, que se enrollan al rededor de dos ramas de sarmiento, se sirve cortado a rodajas y se toma principalmente de aperitivo.

En cuanto a los postres, el alajú es el lider de la reposteria conquense, miel, almendras o nuez y obleas.

Entre los licores destacamos el aguardiente y el típico resoli.

La Artesania

La ciudad de cuenca fue famosa en siglos pasados por su actividad artesanal, los árabes trabajaron el marfil, el vidrio y el trenzado de alfombras. Gran prestigio alcanzó en los siglos XV y XVI la forja del hierro, que junto a la manufactura de armas como la espada, otorgo a la ciudad fama i prestigio. El trabajo de la forja tiene en la rejería su mejor legado artístico, testimonio de ello son las excepcionales rejas que cierran las capillas de la Catedral, pero también el Casco Histórico está coronado de casas con sorprendentes obras de rejería en sus vanos y en sus balcones.

La alfarería constituye la actividad artesanal que goza de mejor salud. Aunque el símbolo del trabajo del barro en la provincia sea el toro, como respuesta a un resto arqueológico encontrado en un yacimiento en Huete (400 años a.C) y que se encuentra en cualquier tienda de productos conquenses; la alfarería conquense ofrece variedad, calidad y riqueza. Combina tradición y nuevas creaciones de reconocidos artesanos. Mota del Cuervo, Priego y Cuenca nos ofrecen tres importantes alfares y tres formas diferentes de trabajar el barro.

Ceramista, Fernando Alcalde AL NATURAL

1958, Cuenca

Inicia su formación como ceramista a principios de los 80 en la Escuela Superior de Cerámica de Manises, Valencia.

Residente en Cuenca, empieza a trabajar el gres en su pequeño taller-laboratorio conquense, refugio de la inspiración, donde encuentra la tranquilidad y el silencio para crear piezas de extraordinaria calidad y belleza. Al poco tiempo, y atraído por los colores que ofrece la naturaleza durante las cuatro estaciones del año, también trabaja la porcelana, tratando de unir lo útil con lo bello y la tradición con el diseño, resaltando como figura especial y predilecta El Cuenco.

Participa en ferias nacionales en Valencia, Madrid, Barcelona, entre otras, y ferias internacionales en Milán, Perpiñan, Paris, Oporto, Frankfurt entre otras.

Expone las piezas en su acogedora tienda situada en la calle Alfonso VIII, llamada Gres, en el caso antiguo de cuenca.

Ceramista, Rubén Navarro

1971, Villarrobledo (Albacete).

Reside en Cuenca desde muy joven, donde se ha formado como ceramista en el taller de su padre, el también ceramista Adrián Navarro. Desde sus comienzos se sintió atraído por las posibilidades expresivas de la cerámica, sin renunciar al estudio y conocimiento de la parte más popular y alfarera de la misma. Su obra es el resultado de la tradición e innovación que ofrecen todos los avances en materiales y tecnología aplicadas a la cerámica. Actualmente combina fotografía, dibujo, esmaltes, y todo en una misma pieza. Sólo trabaja con técnicas cerámicas. Piensa que la cerámica requiere mucho oficio y una dedicación total, como cualquier otro campo artístico. “No es un oficio, es una forma de vida.”

Estudios de cerámica artística en la Escuela Superior de Cerámica de Manises, Valencia. Curso sobre Grabado, curso sobre Cerámica Contemporánea, curso sobre nuevas tecnologías, en la Fundación Juan March.

Participa en numerosas exposiciones colectivas e individuales en; Valencia, Madrid, Toledo, Álava, Logroño, Guipúzcoa, Cuenca, Italia y Alemania.

Las Fiestas

Una provincia con tal variedad de comarcas y paisajes ofrece, sin lugar a dudas, gran número de festividades de interés. No podemos por ello, más que mencionar, aquellas que consideremos de mayor trascendencia, de ahí que sea obligado referirnos a la Semana Santa. Está declarada de Interés Turístico internacional y ofrece desfiles procesionales desde el Domingo de Ramos al Domingo de Resurrección, a excepción del Sábado de Gloria.

La Procesíon Camino del Calvario, popularmente conocida como Procesión de las Turbas, es la más singular y la que más fama tiene fuera de la ciudad, ya que constituye una representación única, donde miles de conquenses con tambores y clarines acuden a este ancestral espectáculo de ruido y color, sombra y luz.

Paralelamente, las Semanas de Musica Religiosa llenan las iglesias, museos y el Auditorio con las obras más monumentales de la história de la música y con los grupos y orquestas más prestigiosos del mundo. Estas Semanas de Música Religiosa forman parte del Calendario Europeo de la Música y se vienen celebrando ininterrumpidamente desde el año 1.961.

Tambien debemos incluir la festividad de San Mateo, dia 21 de Septiembre, la cual tiene su origen en la conquista de la ciudad por el rey castellano Alfonso VIII y cuya celebración consiste en correr delante de vacas enmaromadas por los alrededores de la Plaza Mayor.