La Garganta de los Navarros es impresionante. Mantiene el caudal muy alto gran parte del año, convirtiéndose en un juicioso limitante para la práctica del barranquismo, no obstante en época de estiaje resulta un descenso muy divertido y relativamente exento de peligros.
Iniciamos el descenso recorriendo un tramo abierto repleto de grandes bolos rodeados de agua, normalmente espumosa y dominante. Enseguida se cierra y el agua gana protagonismo, dejando claro que no somos nada. Corto pero intenso, técnico, acuático y frío, aunque se realiza la mayor parte por fuera de las cascadas mediante pasamanos muy resbaladizos, en repetidas ocasiones es obligatorio avanzar por el cauce y realizar maniobras de aguas vivas exigentes.
Atención al equipamiento, puede encontrarse inhabilitado o en mal estado a causa de las crecidas, los pasamanos pueden estar sin montar o muy deteriorados. Reuniones a reconsiderar, llevar material para equipar.
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