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El torno de Buera

El cultivo del olivo en el Somontano se pierde en lo más remoto de nuestro pasado. De ello son testigo los olivares centenarios, verdaderos monumentos naturales, cuyos troncos retorcidos se apoyan sobre grandes y bellas peanas y que aún hoy, son productivos.

La producción de aceite constituyó una aportación decisiva a las economías rurales del Somontano, de la que dependía la miseria o el desahogo de muchos de nuestros pueblos.

En uno de ellos, Buera, se ha conservado el antiguo torno, cuyos orígenes hay que buscarlos en los siglos XVI y XVII.

La visita al nos ofrece un recorrido por los siglos y por la historia a través de un espacio que conserva todos los elementos necesarios usados en el pasado para extraer el oro liquido: la muela, la vieja prensa de libra o la prensa hidráulica que la sustituyó a principios del siglo XX.

También es un viaje por los olivares del Somontano descubriendo su riqueza biológica: más de 20 variedades, algunas autóctonas e incluso exclusivas de una determinada población.Y es un viaje por las múltiples tradiciones, ritos y creencias vinculadas al olivo que todavía hoy siguen vivas en el Somontano.

Junto al molino se encuentran la fuente, el abrevador, los lavaderos, la balsa y los huertos conformando una pequeña Ruta del agua, que muestra el aprovechamiento inteligente de este bien tan escaso como necesario.

A 2 km. de Buera se encuentra el Santuario de Dulcis,construido en el siglo XVII en estilo barroco donde, según la tradición se apareció la Virgen sobre un panal de miel. La sobriedad exterior contrasta con la riqueza decorativa de las yeserías que cubren todo el interior.